Playa de los Tres Hermanos

 

Como os comentaba en el post anterior hemos pasado una semana en el Algarve y aunque estuvimos de aquí para allá, concretamente donde fijamos el sitio de nuestra estancia y donde más tiempo pasamos fue en un pueblecito llamado Alvor, un  lugar encantador.  Tiene una  playa de extensa de  arena fina, de agua muy cristalina y de un color azul precioso, el agua un poco fría pero aun así os puedo decir que no renuncias a darte un baño. Justo cuando parece que la playa va a terminar porque nos encontramos unas rocas, ahí es donde empieza lo mejor, unas calas preciosas que forman  la Playa de los Tres Hermanos.   El primer día nos complicamos un poco la vida y bajamos por un acantilado para acceder a ella pero rápidamente nos dimos cuenta que desde la playa se podía llegar perfectamente, quedamos encantados con lo que vimos. 

Hay fotos de varios días a diferentes horas  y se puede apreciar cómo cambia el color del agua y las rocas, por la mañana hay una mezcla de azules y la arena blanca y por la tarde el color amarillento de las rocas hace que se convierta en todo un espectáculo para la vista. Lo mejor es que lo veáis...

 

 

Y no solo del baño y  del sol pudimos disfrutar,  también  de otro placer, el de comer muy bien, en los chiringuitos que encontramos en la playa de Alvor que prácticamente eran restaurantes pudimos degustar cómida típica, como la cataplana de mariscos o el arroz caldoso que estaban para quitarse el sombrero o esta brocheta de pescado y de los postres casi mejor ni hablar porque se me hace la boca agua.

 Al atardecer...

 

 

 

¿Qué os parece la playa de Alvor? yo desde luego me recreo cada vez que  veo las fotos y  os puedo decir que disfruté muchísimo estando allí y mientras hacía estás fotografías, qué sensación de libertad, de tranquilidad, alejada de las obligaciones diarias y rodeada de tanta belleza y de  esa armonía que el mar transmite.  

Así os quiero desear un feliz viernes y fin de semana. 

Mil besos